“Secuestrada” en una Isla.

Bueno, lo que se dice secuestrada, con todo el significado de la palabra, no fue, porque no ha sido en contra de mi voluntad, ni para pedir dinero a cambio (porque sabía que no le iban a dar nada a cambio, jeje).

Pero lo cierto es que para mi cumpleaños me regaló una semana entera de su compañía, en un ambiente mágico, en una isla que yo no conocía y con un clima soleado que hizo despejar todas las nubes que se van formando en la mente cuando ya comienza a aparecer el cansancio de varios años sin licencia.

Fueron siete días maravillosos, tomando el sol, chapoteando en el mediterráneo, navegando en barcos de varios tamaños, tomando más de mil fotografías, pero por sobre todas las cosas, sin las preocupaciones cotidianas, sin ordenador (que el mío ya se abre solito en las planillas de cálculo), sin llamadas telefónicas que implicaran desvelos mientras los temas laborales no se resuelven, o sea… sintiéndonos como estas aves…. ¡¡¡libres!!!!

Ahora ya de regreso  no queda otra que volver a la rutina, pero ya planeando que hacer en los hermosos puentes que se aproximan….