… y no por pólvora precisamente!!!
Ayer, domingo 28 de febrero, me dispuse ir a la Plaza del Ayuntamiento para vivir mi primer experiencia en Mascletá.
Cámara fotográfica en mano, preparados mis oídos para el fuerte sonido que me pronosticaron y por sobre todo dispuesta a oler humo proveniente de pólvora.
Pero para lo que no estaba preparada era para andar huyendo de irrespetuosos fumadores.
Me cambié de lugar unas cuatro veces hasta que desistí y terminé “fumando” todo el humo de la mujer chimenea que se me instaló delante (abajo foto de la derecha)
Me “persiguieron” en cada uno de esos lugares que me puse para disfrutar del espectáculo. Se ve que llevaba un cartelito en la frente que decía “fumadores a mí” que los hacía colocarse a mi lado y encender un cigarro al segundo de pararse ahí.
Y claro, mi amiga MV me diría “ahí está la ex-fumadora!”, y supongo que más de uno de ustedes también lo piensa, que los que dejamos el mal hábito nos volvemos unos histéricos del olor a tabaco, pero créanme que no es mi caso, no me molesta el aroma, no me tienta a comenzar de nuevo luego de los cinco años “sin humo”, no me revuelve el estómago ni todas esas cosas que generalmente se dicen.
Lo que sí me molesta es tragar humo cuando yo no lo decidí o que se me irrite la vista cuando me entra ceniza del/la que se pone delante de mí cuando estoy en un espacio amplio, donde pueden perfectamente mantener distancia, porque cuando yo fumaba cuidaba esos detalles y sobre todo cuando los que me rodeaban eran pequeños.
Pero bueno, supongo que esto no es más que otra demostración de que los seres humanos cada vez pensamos menos en los que les rodea y nos volvemos más “inhumanos”.
Aquí les dejo más testimonios gráficos de esos momentos y lo siento si alguna de estas señoras se reconoce porque no las fotografié porque me resultaran guapas sino porque, lamentablemente en este caso, el sexo femenino representó el 75% de los casos.
4 comentarios:
A mí me molesta mucho! Y cada vez más (eso es vejez, seguro).
A mí también me molesta, pero sobre todo el no respeto hacia los demás cuando un fumador está en un espacio abierto. no obstante, también diré que ya son más los respetuosos que los irrespetuosos.
Pese a no haber fumado nunca, no me disgusta el olor del tabaco... pero odio fumarme las caladas que dan los demas: no hay cosa mas asquerosa q inhalar el humo expulsado en una calada... y las toses. Besos sin humo
...¿Valencia?...¡que perdida estoy!...besos mil...
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